Título: ____________________________________________________________
Había una vez un rinoceronte vanidoso llamado
Rino, que cuando veía su reflejo en el agua decía: “Si mis cuernos fueran más
largos, yo sería perfecto”.
Una mañana corría tan rápido como podía por
la pradera, cuando inesperadamente, vio un árbol muy extraño. Como no tenía
cuernos frenos, no pudo detenerse y se estrelló contra él.
El árbol extraño se puso de pie y resultó ser
un ciervo que estaba echado. Rino primero se disculpó y después exclamó
asombrado: “¡Qué hermosos cuernos tienes!”.
A Rino se le ocurrió una mala idea:
“Vamos a nadar” ¯ le dijo al ciervo ¯. “Hace mucho calor”.
El ciervo se quitó los cuernos, los puso en
la orilla del río y se metió a nadar. Rino se quitó los cuyos, se puso los del
ciervo y se alejó corriendo a toda prisa.
Rino no había llegado lejos, muy contento con
sus nuevos cuernos, cuando vio a una hermosa rinocerontita.
Rino se enamoró de ella inmediatamente, pero
a ella le daba risa lo extraño que se veía con los cuernos del ciervo.
En ese momento apareció el ciervo con los
cuernos de Rino, al verse con la rinocerontita se enamoraron. Se casaron y
vivieron muy felices para siempre.
¡Pobre Rino!
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