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Aprendiendo a Desarrollar el Trabajo Docente









La docencia, es una noble profesión, en torno a la cual giran el resto de las labores que desempeñan las personas en la sociedad. Esto se debe principalmente a que esta es la encargada de formar y guiar a quienes en un futuro se dedicarán a servir en sociedad y propiciar avances en la misma, es decir, a médicos, ingenieros, licenciados, entre otros.
Como es de notarse, la labor docente no es una tarea nada sencilla, ya que se interactúa con seres humanos, los cuales tienen sentimientos, actitudes, aptitudes, y formas de pensamiento propias. Es por ello, que la preparación para poder ejercer dicho oficio, requiere de una larga preparación y claro está, de tener vocación y convicción de servir a los demás.

Según Antezama Navia, la formación de maestros debe ser disciplinaria, autoritaria y restringente. Esta formación disciplinaria debe estar presente desde sus primeros años de su escolarización hasta el momento de su ejercicio profesional, y va desde un proceso de premio/castigo a un proceso de estímulo sanción.

Con esto, se pretende lograr que sea el docente mismo quien critique, vigile y se exija a sí mismo en torno a la forma de realizar su trabajo, mejorando así, la calidad de su enseñanza, su nivel de preparación, y el nivel educativo de los alumnos. Esto debe hacerse desde el principio de la formación docente para que cree bases sólidas y verdaderamente significativas, y por ende, un estilo docente de una gran calidad.

Prosiguiendo con el tema, Folcault (2000), define a la disciplina como <<métodos que definen el control minucioso de las oraciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad >>. Si dicho concepto llegara a tomarse tal y como lo cita el autor, la eficacia de los maestros, fuera mucho mayor y causara un impacto sumamente positivo en el aprovechamiento y la calidad de la educación de los infantes.

Los castigos, por su parte, pueden resultar traumáticos para los estudiantes cuando no son bien empleados, ya que de ser innecesarios reprimen a los mismos en su desempeño, causando una baja en su rendimiento, además de enojo, frustración y en algunas ocasiones llegan a causar baja en los alumnos.

Según Antezama Navia, el miedo, es un factor que influye de forma negativa en los maestros, ya que de no sentirse seguro en el desempeño de su labor, los frutos cosechados de la misma no serán de la misma calidad. Los miedos, son diversos, entre ellos, el miedo al fracaso, a la discriminación por parte de los demás docentes, el miedo a las críticas, a que su estilo docente no sea aceptado por los demás, a no ser aceptado entre la comunidad escolar, entre otros.

Es evidente, que el lugar de trabajo del docente, no se limita a la escuela, sino que se amplía, de acuerdo a las necesidades y problemáticas presentes en los alumnos. Pero en sí, es en la escuela donde el docente realiza la mayor parte de su trabajo, o el trabajo formal, y esta según Pérez Gómez Ángel, cumple una función social para con los alumnos, porque inculca en ellos las normas, valores, ideologías y demás aspectos que les son necesarios para socializar, además de poner en práctica lo aprendido, dentro de la institución misma y fuera de ella. Esto no se limita simplemente a crear ciudadanos que sepan entablar relaciones amistosas, sino también, a crear seres que tengan conciencia sobre las cosas que pueden o no hacer en la sociedad misma, dicho en otros términos, crear ciudadanos para la vida pública.

Es importante destacar, que para ser docente, no solo se requiere saber mucho sobre un tema o muchos temas, ya que también requiere de compartir lo que sabe con los demás de una buena manera. De acuerdo a lo citado por el autor Tardif Maurice el saber del docente no es solo uno, sino que se agrupa en tres, los cuales se refieren a lo siguiente:
·         Saberes disciplinarios.- estos saberes se integran igualmente en la práctica docente, a través de la formación de los maestros de las diferentes disciplinas ofrecidas por la universidad. Son saberes de que dispone nuestra sociedad que corresponden a los diversos campos del conocimiento, en forma de disciplina, dentro de las distintas facultades y cursos.

·         Saberes curriculares.- corresponden con los discursos, objetivos, contenidos, y métodos a partir de los cuales la institución escolar categoriza y presenta los saberes sociales que ella misma define y selecciona como modelos de cultura erudita y de formación para esa cultura.

·         Saberes profesionales.- son el conjunto de saberes transmitidos por las instituciones de formación del profesorado. El profesor y la enseñanza constituyen objetos de saber para las ciencias humanas y para las ciencias de la educación.

·         Saberes experienciales.- estos hacen hincapié en que el docente en el ejercicio de sus funciones y en la práctica de su profesión, desarrolla saberes específicos basados, en el trabajo cotidiano y en el conocimiento de su miedo. Esos saberes brotan de la experiencia que se encarga de validarlos. Se incorporan de forma individual y colectiva y forma de hábitos y habilidades, de saber qué hacer y de saber que ser.

En general, podemos decir que el profesorado ocupa una posición estratégica aunque socialmente devaluada, entre los diferentes grupos que actúan, de una u otra forma, en el campo de los saberes. De hecho, los saberes de la formación profesional, los disciplinares y curriculares parecen siempre de segunda mano. Se incorporan, en efecto, a la práctica docente, sin que sean producidos o legitimados por ella. La relación que los profesores poseen con los saberes es de “transmisores”, “portadores” u objetos de saber, pero no productores que pudieran imponer con instancia de legitimación social de su función y como espacio de verdad de su práctica. En otras palabras, la función docente se define en relación con los saberes, pero parece incapaz de definir un saber producido o controlado por quienes la ejercen.

Cabe destacar, que el saber, es heterogéneo, ya que es un saber plural, es decir, conformado por un conjunto de saberes que unidos, forman un todo dentro del trabajo docente y es solo mediante los mismos que el maestro llega a desempeñar su labor en plenitud.

Pero como es de suponerse, no todos los métodos empleados por el docente llegan a ser exitosos, por lo cual existe el fracaso escolar. Según Alleaud Andrea y Antelo Estanislao, el fracaso inicia desde la formación docente y se puede presentar de distintas formas, entre las cuales mencionan las siguientes: decepción respecto de la formación docente, que siempre resulta insuficiente o poco pertinente. Decepción sobre las prácticas, que siempre parecen erradas o ineficaces. Fracaso en la formación, fracaso en la enseñanza. La incapacidad de realizar las labores encomendadas por sus superiores. Entre otros factores.

El problema principal, según lo señalado por algunos maestros, es que durante su estancia en las escuelas normales, o universidades, la educación y conocimientos brindados no les fueron suficientes para poder ser maestros exitosos y no enfrentarse al deprimente fracaso. De ello, cabe destacar la importancia que tienen no solo los contenidos de las reformas a la educación básica, sino también, la relevancia de los planes de estudios que se manejan dentro de las escuelas formadoras de docentes, porque son los mismos, quienes influyen de cierta manera tanto en el éxito o como en el fracaso de los docentes cuando están en el aula escolar.

Respecto a dicha situación, existen algunas justificaciones que usualmente se dan, y generalmente son las siguientes:
No saben enseñar porque no conocen los contenidos, esto se refiere, a que para que el docente verdaderamente pueda enseñar, necesita saber los temas a abordar que le enmarca el plan de estudio e indagar al respecto para impartir clases enriquecidas. En cambio, hay quienes se oponen a ello argumentando que es suficiente saber para poder enseñar, y es de aquí de donde parte un gran conflicto y se ocasiona el fracaso.

Otro argumento es que no saben enseñar porque no saben didáctica, es decir, las formas de abordar los contenidos presentados en los programas de estudio. Una justificación más, dice que los docentes no saben enseñar porque no conocen el contexto, el cual es sumamente importante y debe estar presente tanto al momento de planear como al momento de laborar en el aula, porque no es posible, actuar de una forma un tanto homogénea en contextos que evidentemente son polos opuestos que  poseen diversas características en la sociedad.

Como se puede inferir, el trabajo docente no es una tarea nada sencilla, al contrario, es la tarea más difícil a la que un ser humano puede dedicarse, porque requiere de tiempo, dedicación, vocación y estudio. Además, existen múltiples características y conocimientos que debe de poseer un maestro, los cuales les permitirán delimitar el éxito o fracaso en su labor.
Lo importante de ser maestro, es estar dispuesto a ser disciplinado y adquirir actitudes y aptitudes dignas de un docente. Estar conscientes de que requiere de actualizaciones constantes, estudio, esfuerzo y múltiples saberes que conforme a la experiencia y al paso del tiempo serán adquiridos.

Como estudiante de una escuela formadora de docentes, solo queda centrarse en lo esencial de la carrera y llevarlo a la práctica en conjunto con investigaciones y documentaciones individuales que como alumnos, brinden la capacidad de ser cada día mejores.

Profa. Gisel Gpe. Mendivil Gastelum

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