Querida abuela:
Tengo
seis gatos, casi propios. Una gata con cinco gatitos. Todos son negros como el
carbón. Ayer durante el desayuno en el jardín del hotel, les di queso y
salchichón.
Esta
mañana temprano ya me esperaban. Papá se ha enfadado conmigo porque también les
he dado a los gatos su salchichón y su queso; pero mamá ha dicho que papá está
ya muy gordo y no hace falta que coma salchichón ni queso para desayunar.
¡De
verdad que papá está muy gordo! Tiene una buena barriga. En casa no me había
dado cuenta. ¡Él tampoco lo había notado! Por eso metió su viejo traje de baño
en la maleta, aunque con el invierno, le ha quedado muy pequeño. Así que se ha
tenido que comprar otro aquí, pero de su talla sólo había un traje de baño rojo
fuerte con enormes lunares amarillos.
Mamá
dice que no puede mirar a papá con ese traje de baño desastroso. A mí no me
molesta. Así, en la playa lo veo aunque esté muy lejos.
Muchos,
muchos abrazos y besos de tu Susana
P.
D. ¡Mañana viene Pablo!
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