El hogar es el lugar de base para cada tipo de aprendizaje. El hogar es donde usted primero aprende a hablar, a cantar, a respetar, a comportarse, a trabajar duro, mentir o decir la verdad, para hacer el bien o el mal, para ser amable o ser cruel, también es el primer lugar de aprendizaje para todo el mundo sin distinción de color, raza o cultura, ademas de ser el preámbulo para la escuela primaria
El país le da el fundamento básico para todo tipo de valores que se puede optar por desarrollar o ignorar. Es donde se obtiene una idea o la comprensión básica de la vida y las cosas, sociales, religiosas, económicas o políticas. Literalmente todo está basado en casa, porque aquí es donde se empieza a evolucionar como ser humano, como ciudadano de un determinado pueblo o ciudad y, esencialmente, un ciudadano global del mundo.
Lo que aprendemos de niños lleva un largo camino en el moldeo de nuestros sueños y aspiraciones. Y no sólo es importante porque nuestra educación infantil, en cualquier forma que sea, se queda con nosotros durante mucho tiempo, sino porque mucho de lo que nos convertimos en la vida también se remonta a los antecedentes que todos estamos tan familiarizado. Si usted y yo, hoy, somos amables o generosos, entonces probablemente tiene algo que ver con nuestra educación. O si somos conocidos por ser egoístas, malos y arrogantes,también tiene algo que ver con nuestro propio hogar como nos desarrollamos de niños.
Mucho más de lo que las instituciones académicas puedan enseñarnos, las virtudes y valores que recogemos al crecer siguen teniendo un mayor impacto en los papeles que desempeñamos como estudiantes, como profesionales o como jóvenes. Uno puede tener un expediente académico excelente, pero un aspecto no define totalmente a una persona. Sólo cuando esa excelencia se combina con la actitud correcta y la personalidad, una persona en particular se convierte en alguien digno de admiración.
Es fácil de socavar el valor de un buen carácter en este creciente mundo de materialismo, pero es importante hacer una comprobación de nosotros mismos de vez en cuando, para asegurarse de que todavía no hemos perdido, junto con el tiempo, las virtudes ricas que nos definen como personas. Porque al fin y al cabo, no somos más o no menos que seres humanos, y en el centro de ella, se encuentra la necesidad humana de poseer buenos sentimientos.
Dicen que el aprendizaje es un proceso de toda la vida, pero, con toda seguridad desarrollamos nuestro carácter desde el lugar y el medio ambiente que vamos creciendo, todos debemos esforzarnos por seguir aprendiendo, también debemos recordar el permanecer conectados a tierra y conectados a nuestras raíces, a nuestros buenos valores de la infancia, porque forman la base de lo que somos. Siempre estamos enseñados a ser amables y bueno, a abstenernos de decir mentiras, ser respetuoso, ser de buen comportamiento, de compartir y de ser agradecidos por lo que tenemos. Y estas virtudes, seguramente valen la pena mantener para toda la vida.
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Lo que aprendemos de niños lleva un largo camino en el moldeo de nuestros sueños y aspiraciones. Y no sólo es importante porque nuestra educación infantil, en cualquier forma que sea, se queda con nosotros durante mucho tiempo, sino porque mucho de lo que nos convertimos en la vida también se remonta a los antecedentes que todos estamos tan familiarizado. Si usted y yo, hoy, somos amables o generosos, entonces probablemente tiene algo que ver con nuestra educación. O si somos conocidos por ser egoístas, malos y arrogantes,también tiene algo que ver con nuestro propio hogar como nos desarrollamos de niños.
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